lunes, 6 de enero de 2014

Asakusa, Ginza y otras yerbas


Tras pasar por la estación de tren de “Tokyo” y hacer unas fotos de pasada nos dirigimos al Castillo Imperial que se encuentra muy cerca de la misma y nos llevamos la desagradable sorpresa que, solo ese día, estaba cerrado para el público general, no así para los que iban con tour aparentemente. No había empezado bien el día.
Pero igual disfrutamos el paseo, toda caminata era conocer algo nuevo. Monjes en las esquinas (no terminamos de entender si estaba pidiendo limosna o estaba rezando), delivery del almuerzo en bicicleta,  descubrimos que no hay un solo tacho de basura por todo Tokio :O ¿dónde tiraran su basura? nosotros acarreamos las botellitas de bebidas de las maquinas expendedoras durante todo el dia. Porque si algo nos fascinó son esas maquinitas en cada esquina... de bebidas frescas, te frio, golosinas y hasta de helados. Y no solo tienen variedad sino que podes pagar con billetes.. increible!!!




El sol estaba muy fuerte y la caminata desde el Castillo hasta Ginza se nos hizo mas dura de lo esperado. Llegamos al teatro de Kabuki-za mientras admirábamos los edificios de la zona.
Es agradable el teatro pero nada muy especial aunque sinceramente no entramos. Encaramos para Caretta Shiodome luego de descansar en uno de los famosos “fumaderos”, al cual fuimos solamente por la sombra ya que ninguno de nosotros fuma.
Es admirable el respeto que tienen los fumadores japoneses, es imposible ver a alguien fumando fuera de las áreas designadas. (Debemos la foto.. estabamos tan cansados que no teniamos ni fuerza para levantar la camara).

El lugar es un complejo de shopping y restaurantes típico de Tokyo, famoso por sus decoraciones navideñas y por su mirador en el piso 46. Mientras nos deleitábamos con una fabulosa vista de Odaiba desde el mirador se nos acercó una simpática japonesa que se puso a darnos charla en inglés y nos contó entre otras cosas lo mucho que le había gustado el vino y el tango Argentino cuando había estado de paseo hace unos años atrás.



La señora se tiro el lance de ver si la acompañábamos al parque de Tokyo, pero elegantemente declinamos la invitación para ir a almorzar antes de seguir nuestro camino a Asakusa. El mercado de Asakusa ocupa toda la calle Nakamise, comienza en el portón de Kaminari y desemboca en el fabuloso templo Sensō-ji. Un paseo de lo mas lindo, con muchas cosas curiosas para comprar (me hice una interesante colección de llaveros por ejemplo jeje) y sobretodo con vendedores de lo mas respetuosos,nunca molestan mientras uno mira los artículos o las comidas de las tiendas.




 A la noche el mercado toma otro color con sus lámparas tradicionales, los arboles por arriba de las tyiendas y con una vista nocturna de la Tokyo SkyTree bastante imponente. En el templo aprovechamos para hacer muchas fotos y se ve que le resultamos muy curiosos a los japoneses ya que mas de uno se puso a sacarnos fotos mientras hacíamos fotos de todo tipo, hasta saltando frente a todo el mundo.
El templo tiene mucha personalidad con su pagoda, sus escalinatas, su entrada (Hozomon) con los adornos y lámparas gigantes tradicionales o los famosos quemadores de incienso. No por nada está considera la atracción mas interesante de Tokyo.
De ahora en mas ese rojo intenso que tiñe todo el mercado nos va a traer los mejores recuerdos.

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