miércoles, 4 de diciembre de 2013

La belleza inigualable de los jardines de Heian

Difícil describir un lugar tan mágico como el Santuario Heian y sus verdes jardines, así que les voy a contar muy por arriba nuestra experiencia mientras dejo que las fotos hablen por si solas!!
Luego de haber pasado la mañana en el castillo de Nijo y de un pequeño viaje en la línea Tozai de subte, llegamos a la zona del Santuario.





Un hermoso vecindario que comienza con un tori gigante, que nosotros vimos cuando nos fuimos del lugar porque llegamos desde otra dirección. El día estaba lluvioso pero agradable.
Lo primero que nos llamó la atención fue el color naranja del templo, algo distinto para los ojos, pero que a mi particularmente me pareció que iba muy bien con el verde de las tejas y el blanco de las paredes!


Cómo es normal en los santuarios de Kyoto, nos encontramos con los clásicos pedidos escritos en papel y puestos en las ramas, las ofrendas de agua y hasta una ceremonia a la cual no podíamos acceder, pero que igual miramos de lejos.


El plato fuerte estaba por venir, el jardín!! Encima el día nublado era perfecto para tanto verde y tanta vegetación.
El paseo es realmente hermoso, hay lagunas, muchos árboles japoneses, muchas flores, aire puro y hasta un vagón abandonado de un tren viejo. Nos cansamos de sacarnos fotos ya que cada 10 metros había un paisaje increíble.



Aquí está el Garyu Bridge, que es ese puente con columnas de piedra sumergidas que sólo los valientes nos atrevimos a pasar ( porque lo pasamos, ja, ja,…. a riesgo de caernos al agua y volver mojados al hotel ) y sinceramente es muy divertido.


Otro punto destacado del recorrido, que por suerte lo hicimos casi solos todo el tiempo (algo difícil en Japón), es el puente, que a cada lado tiene unas vistas únicas, de esas de película.
El puente Taihei-kaku (Hashidono). Construido en madera de ciprés japonés y que antiguamente estaba en terrenos del Palacio Imperial. En este puente también se rodó una parte de la película “Memorias de una Geisha”.



Nos quedamos un buen rato ahí porque ya sabíamos que nos acercábamos a la salida, disfrutando de alimentar a los koi (pescados gigantes y bigotudos) con el pan duro que dejaron los monjes para que los turistas usen. Un cajón lleno de panes y un monedero para pagar el alimento de los peces jejeje, creo que este método no funcionaria en Argentina. En Japón todo es así, si llueve todos dejan sus paraguas afuera, las casas y negocios tienen un "paraguero" para no mojar la casa. Al principio estaba nuestra duda latina, y si salimos de comprar y no esta mas?? jaja pero no, acá todos son confiados y no hay amigos de lo ajeno.

Ya era hora de partir con la satisfacción de haber conocido el mejor parque de todo el viaje y de haber respirado ese aire tan puro y con ese aroma tan especial a lluvia.
De vuelta al hotel... pero no sin antes pasar por el famoso mercadito 7-eleven (que se encuentra en todo Asia) para abastecernos de cosas ricas y desconocidas, merecidas después de un día de tanta caminata.
Así terminamos la jornada... no podía ser de otra manera!! :)


..Gaby!
:)

2 comentarios:

  1. Que fotos alucinantes! No me vou a cansar nunca de mirar esos lugares maravillosos :D

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